La Revolera

¡Ojo al Cristo, que es de plata!

Paco Mora
miércoles 14 de enero de 2015

A lo mejor Bailleres ha visto en el hoy difícil mercado taurino español algo que no han sabido ver los empresarios españoles. Y aprender en cabeza ajena nunca es malo.

Existe cierta inquietud por el desembarco de Bailleres en el ruedo ibérico. Que el empresario mexicano vaya acumulando poder, a través de una escudería profusa en cuanto a toreros, plazas y ganaderías, tiene con la mosca en la oreja a algunos empresarios. Pero que el mercado del toreo se abra a nuevos horizontes no debe asustar a nadie.

Más bien los temerosos tendrían que observar atentamente los porqués de que un empresario del otro lado del Atlántico, que dicen apalea los millones, haya puesto los ojos en España. Puesto que a uno se le alcanza que si tiene tan cuantiosa fortuna como dicen, no la habrá hecho perdiendo dinero sino multiplicándolo con éxitos empresariales. A lo mejor Bailleres ha visto en el hoy difícil mercado taurino español algo que no han sabido ver los empresarios españoles. Y aprender en cabeza ajena nunca es malo. Más bien al contrario; de los coscorrones de los demás se suelen extraer consecuencias muy aprovechables. Pero de los triunfos también.

No nos vaya a pasar como con los taurinos franceses, que fueron mirados con recelo, cuando comenzaron a sustituir a los españoles que se replegaron a sus cuarteles de invierno, y ellos han sabido adaptar el trapío de los toros y confeccionar los carteles muy al gusto de sus potenciales clientes, y ahí están los éxitos económicos y artísticos que están consiguiendo. De Francia solo parecía interesarnos la mantequilla de Marlon Brando y la “poatrine” de la Bardot, y mira por donde el país de Moliere nos está dando sopas con honda actualmente en cuanto a la seriedad de la Fiesta.

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