Uno de los seis toros de los Cuadri jugados en Azpeitia la tarde de San Ignacio -31 de julio, fiesta mayor- fue por todo muy particular. La edad: estaba a tres meses de cumplir el tope reglamentario de los seis años. Si no llega a embarcarse y lidiarse, su destino habría sido la calle de algún pueblo de Castellón. No hay ganadero más querido que Fernando Cuadri entre los fieles y apasionados militantes del toro de las calles o bou de carrer. Ni toro más temido por espectacular que el cuadri pasado de edad.
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