El Quiebro

2011, otro año para El Puig

Ramón Bellver 'El Blanco'
martes 14 de febrero de 2012

Se cierra el año, y con él una temporada con aspectos positivos y otros negativos que no quiero ni recordar. En lo estrictamente taurino…

Se cierra el año, y con él una temporada con aspectos positivos y otros negativos que no quiero ni recordar. En lo estrictamente taurino, y en lo que a toros de calle se refiere, creo que la palma se la lleva un año más el pueblo valenciano de El Puig. Hasta cinco toros de altísimo nivel se han podido ver en sus calles, y otros tantos, que sin ser tan espectaculares, han rayado a un muy buen nivel.

Y es que llevan buena racha mis vecinos en estos últimos años. Sí, luego muchos dirán que si los recorridos en los que se sueltan los toros influyen mucho para que salgan buenos, que no había casi gente, y un largo etcétera de excusas para justificar sus actuaciones. Pero la realidad es que las cosas últimamente se están haciendo mejor que otros años, y eso se nota en todo. Sólo dos defectos: por parte de los festeros de San Roque, el querer encerrar los toros buenos por la noche antes de que dieran todo lo que llevaban dentro y el obligar a los forasteros a aguantar hasta la tercera o cuarta embolada para ver el mejor toro de la tarde. De las equivocaciones se aprende, y seguro que las nuevas generaciones de festeros lo tienen en cuenta, pero su principal objetivo tiene que ser superar a los de estos dos últimos años, y eso va a ser francamente difícil.

Los toros han sido: uno de Cayetano Muñoz, el cual no pude ver pero me han contado cosas extraordinarias de él. Lo hizo la comisión “Els Pucheros”. Un toro de los Azores, número 8 de nombre “Piraguo”, lidiado por la “Comissió de Baix”, que hizo una embolada memorable, así como sus hermanos lidiados por los festeros de San Roque. El número 14, castaño, precioso de hechuras, con una clase y bravura que le hizo ir a más y el número 16, con muy mala leche y mucha transmisión, mantuvo a la gente a ralla. Estos toros demostraron que el ganadero, Rafa Azor, sigue apostando fuerte en su pueblo, cosa de admirar y de alabar.

Pero el más completo fue un toro de Albarreal, que con su actuación hizo que los festeros de San Roque firmaran un año para el recuerdo. Toro con caja y trapío que cuando hacía hilo era todo un espectáculo. Aquella arrancada de muchos metros tras “Majete”, después de buscarlo por detrás de los cajones, va a pasar a la historia. Toro de premio.

En definitiva, un año 2011 que no ha hecho más que corroborar el buen año 2010 en esta bonita localidad valenciana, y los aficionados limítrofes contentos por deleitarnos con el juego de sus toros y a intentar superarles. Feliz año a todos.

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