No triunfó nadie pero fue un triunfo de todos. La libertad y un agotado el boletaje fueron los grandes vencedores de la anhelada reapertura de la Plaza México. Bien presentada, la corrida de Tequisquiapan estuvo bien presentada pero no dio el juego esperado y el festejo del regreso de los toros a Insurgentes terminó gravitando entre la alegría y la decepción. Joselito Adame se dejó en la espada la puerta grande, en dos faenas de premio gordo con dos toros bien distintos: el complicado primero y un cuarto con calidad que adoleció de fondo. Diego Silveti saludó una ovación tras petición en el segundo con un lote que se vino pronto a menos. No tuvo su tarde Roca Rey, que se estrelló con el peor lote y terminó escuchando los tres avisos con “Mar de Nubes”.
Brilló con el capote Joselito Adame en el saludo al cuarto, al que quitó por garbosas chicuelinas. Cogió las banderillas y colocó dos pares extraordinarios que hicieron vibrar a la Monumental de Insurgentes. Inició la faena de hinojos de rodillas toreando con mucho temple, clasicismo y verticalidad a un toro con calidad pero al que a medida que se desarrolló el trasteo, le faltó fondo para desarrollar su buena condición. A base de dejarle la muleta en la cara extrajo importantes pasajes. Cerró la faena por ajustadas bernadinas aprovechando la querencia del toro hacia las tablas en una faena de inteligencia. Fue una lástima porque se dejó en la espada otro triunfo importante.
Joselito Adame recibió con buenos lances al primero de Tequisquiapan, de nombre Aceituno, el toro que devolvía los toros a La México, fue complicado en la muleta y al que el torero hidrocálido firmó una labor de menos a más. Fue sometiéndolo a base de firmeza y paciencia logrando una importante faena. Su labor fue merecedora de las dos orejas pero lamentablemente pinchó hasta en tres ocasiones y tuvo que hacer uso del descabello perdiendo premio.
Diego Silveti mostró su voluntad con un arrebatado y buen quite por gaoneras al segundo, un toro rajado al que logró someter por momentos. Lo pasaportó de una estocada recibiendo pero el astado tardó en doblar. El publico pidió la oreja pero el presidente no tuvo a bien concederla. Silveti volvió a mostrarse variado con el capote frente al quinto, al que quitó por saltilleras. Imprimió despaciosidad y temple a su faena ante un toro que fue a menos. Pinchó en tres ocasiones y el premio se esfumó.
Roca Rey se estrelló con el toro más deslucido y manso que hizo tercero, que rehuía la pelea en todo momento. Lo intentó el peruano pero fue en vano. Pitos para el toro y pitos para el torero. El sexto, con el ilustre nombre “Mar de Nubes”, echó las manos por delante en el capote de Roca Rey, que muy dispuesto, comenzó con emoción la faena con pases cambiados por la espalda. Sin embargo, el toro enseguida se tornó descompuesto y lo que empezó con buen pie se diluyó por las bruscas e inciertas embestidas de su oponente, que soltaba la cara. Tampoco tuvo opción el peruano, que no tuvo más remedio que coger la espada. Ofreció muchas complicaciones en la suerte suprema y al peruano, que no lo vio claro con el descabello, terminó escuchando los tres avisos.
México D.F. (México). Domingo 28 de enero de 2024. Toros de Tequisquiapan, de escasas prestaciones. El mejor fue el buen cuarto, que adoleció de fondo para desarrollar su buena calidad. Joselito Adame, silencio y palmas; Diego Silveti, ovación con saludos tras petición y silencio; y Roca Rey, pitos y bronca tras tres avisos. Entrada: Agotado el boletaje. El festejo dio comienzo con quince minutos de retraso debido a que manifestantes animalistas bloquearon los accesos a la monumental de Insurgentes siendo agredidos varios aficionados por los antitaurinos.