BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

Castella y su retirada epistolar

José Luis Benlloch
domingo 04 de octubre de 2020
El torero que culminó la independencia taurina de Francia se va en busca de nuevos universos

La noticia inesperada la ha protagonizado Sebastián Castella anunciando que deja los ruedos, al menos de momento porque ya se sabe -y así lo reconoce el propio torero- que las retiradas de los coletudos siempre van acompañadas de las máximas reservas porque igual que las circunstancia personales y/o comerciales les invitan a un punto final, poco después esas mismas circunstancias, las comerciales y las personales, no me aguanto ni yo en el ostracismo, les impulsan a calzarse de nuevo las taleguillas. Eso era más frecuente, el retirarse y volver, en otro tiempo en el que las figuras duraban en activo más bien poco porque se hacían ricos antes o directamente porque la competencia con los compañeros y las dificultades del toro de aquellos tiempos les empujaban a la retirada. Castella en concreto esgrime una curiosidad irrenunciable por descubrir nuevos universos, así lo ha escrito en una sentida carta de despedida, y ha protagonizado un simbólico corte de coleta epistolar acogido con una catarata de elogios mediáticos de los que me alegro mucho, me parecen justos, pero no dejan de sorprenderme dado el trato que se le dispensaba últimamente a la hora de juzgarle en la plaza.

El corte de coleta epistolar ha sido acogido con una catarata de elogios mediáticos de los que me alegro mucho, me parecen justos, pero no dejan de sorprenderme dado el trato que se le dispensaba últimamente a la hora de juzgarle en la plaza

Sebastián, nacido en Beziers, con ascendientes valencianos, concretamente de Benifayó según reconoció en varias ocasiones, formado profesionalmente en Sevilla, a donde llegó siendo un niño que ya había sucumbido al fulgor del vestido de luces, ha sido sin duda el torero francés con mayor rango de la historia. En realidad se podría considerar como la culminación de un proceso de independencia de la tauromaquia francesa que ya había puesto en marcha Simón Casas desde los despachos. Castella fue el primer torero galo que entraba en las ferias españolas como figura. Sus logros artísticos, reconocimientos y cifras no solo no las había alcanzado ningún compatriota sino que están al alcance de pocos toreros de su tiempo.

Castella ha sido sin duda el torero francés con mayor rango de la historia, se podría considerar como la culminación de un proceso de independencia de la tauromaquia francesa que ya había puesto en marcha Simón Casas desde los despachos

Tomó la alternativa el 12 de agosto del año 2000 en Beziers, con Enrique Ponce de padrino y José Tomás de testigo, cartel que advierte de la fuerza de su irrupción. De eso hace veinte años, tiempo en el que ha toreado 1.214 corridas de toros, ha lidiado más de 2.400 toros, cortado 1.480 orejas, cuajado 45 faenas de rabo, logrado 23 indultos, actuado 8 tardes en solitario y entre todas esas cifras destacan las 5 puertas grandes de Madrid y las otras tantas que logró salir en volandas en Valencia, una de sus plazas de referencia donde cortó 22 orejas. En realidad logró triunfar en todas las plazas de primera categoría, lo que habla bien a las claras de la consistencia de su carrera. Todo parece indicar que Castella seguirá ligado al mundo del toro, puesto que ya ha hecho público su interés por gestionar la plaza de toros de Beziers, su localidad natal.

Vuelva o no Castella de su trayectoria cabe decir que además de haber borrado la barrera taurina de los Pirineos ha dejado la marca de un torero valiente, seco, quieto y de mucho poder, de ideas claras y amigo de echar el ancla en el territorio de las emociones fuertes; su concepto lidiador ha estado mas cerca de la imposición que de la seducción, ha sido más de cojonazos que de sutilezas.

Ha dejado la marca de un torero valiente, seco, quieto y de mucho poder, de ideas claras y amigo de echar el ancla en el territorio de las emociones fuertes

El párrafo final de su carta despedida es el propio de un hombre cabal “Todo lo que tengo, lo que he vivido, lo que sé y lo que he conseguido se lo debo al mundo del toro. He conocido gente y lugares maravillosos gracias a la profesión más bonita que existe. Tantas veces volviese a nacer, tantas que intentaría ser torero” y remata con mucho realismo entreabriendo una ventana de futuro “No sé si será un adiós definitivo o un hasta luego. Sólo el tiempo tiene la respuesta. Dicen que los toreros nunca nos retiramos y yo creo que es así. Yo allá donde esté, haciendo lo que haga, SIEMPRE diré con ORGULLO que he sido, soy y seré TORERO”.

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