ENTREVISTA

Fernando Domecq hijo: “Queremos seguir con la pasión y el legado de nuestro padre, pero siempre desde la humildad”

Maribel Pérez
viernes 16 de febrero de 2024
El hierro Domecq Núñez hará su debut este sábado en el festival de la Sociedad Española de Cirugía Taurina en Moralzarzal

Afirman que “la aventura” de embarcarse en una nueva ganadería “es más una continuación que un arranque nuevo”. Porque fue su padre, el legendario y carismático Fernando Domecq Solís el que emprendió el proyecto. El nuevo hierro Domecq Núñez hará su debut este sábado en el festival de la Sociedad Española de Cirugía Taurina en Moralzarzal con el novillo que lidiará Cayetano Rivera Ordóñez. María y Fernando son sus propietarios. Y su padre, Fernando Domecq Solís, el creador. Su hijo, del mismo nombre que su progenitor, relata para APLAUSOS la historia y la filosofía de una nueva ganadería que nace y crece en el campo bravo extremeño. En Moheda de San Pedro, la misma finca donde moraban los toros de su padre.

-¿Qué significado tiene este debut del hierro de Domecq Núñez en este festival solidario de Moralzarzal?
-Curro Vázquez, íntimo amigo de mi padre, y que ha seguido muy apegado a nosotros después de su fallecimiento, y Cayetano, que arrancó sus inicios en Moheda con nosotros entrenando y que vivimos toda su eclosión como torero, nos dijeron que hacía falta un novillo para Cayetano y que además era por una causa tan bonita como esta. Nos pareció que si nos lo pedían, desde luego ahí íbamos a estar. Primero porque lo pide Curro Vázquez y Cayetano; segundo porque es una causa estupenda y muy necesaria; y tercero, porque será una tarde bonita y seguro que disfrutamos muchísimo.

-¿Cómo decidís embarcaros en esta aventura ganadera? ¿Es un homenaje a vuestro padre?
-Esta aventura la veíamos más como una continuación que como un arranque nuevo. Al final mi padre había empezado este proyecto nuevo y nosotros simplemente hemos querido continuar con él. El mundo del toro es parte de lo que nosotros somos y queremos seguir estando vinculados.

Esta es una afición que para nosotros es una pasión y hemos querido seguir con el legado de nuestro padre pero siempre desde la humildad, de empezar algo pequeñito, que cubra esa necesidad de ayudar a las bases del toreo, más allá de tener una ambición de hacer un proyecto muy grande. Por ahora ese no es el objetivo, sino que es más transmitir esos valores a nuestros hijos, los mismos que nos transmitió nuestro padre, y permitirnos disfrutar de esto. Eso buscamos.

-¿Cuál es la historia de este nuevo hierro?
Mi padre cuando vendió Zalduendo a Alberto Bailleres, vendió la totalidad de la ganadería. Mi padre era un apasionado de esto. Y en una fase inicial había perdido un poco el apetito de estar en las grandes plazas, pero seguía siendo un enamorado de esto y quería seguir haciendo sus tentaderos y empezar con algo pequeño que fuera más un hobby que una profesión, en esa fase inicial. Se trataba de hacer algo más bonito y romántico que pudiera ayudar a las bases del toreo, a sacar toreros nuevos… colaborar con toda esa parte.

Además de eso, mi tío Borja le regaló cuarenta eralas para tentar dos años seguidos y con ese regalo tuvo la suerte de que le permitió a mi padre arrancar con algo que tuviera su sello desde una primera parte en la que él pudiera seleccionar su material genético. También mi primo Juan Pedro Domecq le regaló algunas vacas, otras vacas de Daniel Ruiz y otras de Enrique Ponce, y con eso fue con lo que empezó. Alguna vez le prestó algún semental también Daniel y esa es la base de lo que tenemos a día de hoy.

“Buscamos ese toro bravo que le gustaba a mi padre y transmitir su filosofía. Él tenía un don para esto”

-Entonces, la procedencia actual de Domecq Núñez es Jandilla, Juan Pedro y Daniel Ruiz.
-Actualmente la mayoría es Jandilla con algunas vacas de Daniel Ruiz y algunas de mi primo Juan Pedro, y crías del semental de Daniel y sobre todo de estos sementales que había preseleccionado mi padre y que tuvimos la suerte de que nos gustaran y que actualmente están siendo un poco la base de lo que estamos sacando. Por ahora estamos muy contentos y esperemos que funcionen.

-¿Qué pasó después?
-Cuando mi padre enfermó y falleció, una de las curiosidades de cómo ha ido evolucionando, es que mi hermana y yo tenemos nuestras carreras profesionales y esto es una profesión que requiere dedicación plena, entonces lo que teníamos claro es que queríamos seguir de alguna manera vinculados con la filosofía que seguía mi padre y ayudando a que estas tradiciones tan bonitas se puedan seguir.

Ayudando a las bases del toreo y también transmitirle a nuestros hijos los valores que nosotros habíamos recibido, que creemos que nos definen un poco como personas y que queremos que también definan a nuestros hijos y que pasen los fines de semana viviendo el mundo del toro y el mundo del campo. Y esto era una manera de seguir en esa dirección.

-¿Y el siguiente paso fue…?
-Lo redujimos un poquito con el objetivo de tenerlo muy a la mano, y casualmente mi padre tenía apuntados varios toros que le gustaban. Incluso alguno lo había echado de eral porque le gustaban las reatas. Lo discutía con mi tío Borja y como mi padre conocía muy bien Jandilla y sabía muy bien de dónde venía cada cosa, pues tenía muy claro cuatro erales que le habían gustado. Los tentamos y dos de ellos salieron muy buenos, que son los sementales de los que hemos ido tirando estos años más un semental que nos dejó Daniel Ruiz y con esos tres sementales hemos empezado este proyecto que no tiene más ambición que la de seguir una tradición de la casa actualmente sin ninguna otra mas allá de meternos en el circuito.

“Nosotros vemos esta aventura más como una continuación que como un arranque nuevo. Al final mi padre había empezado este proyecto nuevo y nosotros simplemente hemos querido continuar con él”

-Y esa es una de las razones de estar presentes en este festival…
-Lo que intentamos es hacer una o dos corridas de erales en las que apoyemos a esos futuros toreros y luego participar en algunos festivales y poder apoyar algunas de las causas benéficas como en este caso la del festival de Moralzarzal, que igual que se apoya a las bases de toreros, pues hay que apoyar a las bases de médicos que nos puedan permitir seguir adelante y apoyar una Fiesta tan bonita y representativa de lo que es España y nuestros valores.

-Este de Moralzarzal es por tanto vuestro debut oficial con Domecq Núñez…
-Esta es la primera vez que nos anunciamos con el nuevo hierro que hemos hecho, porque ya no tenía mucho más sentido seguir con el hierro de Marcos Núñez, ya que mi padre y sus hermanos siguen teniendo la ganadería y decidimos que tenía sentido crear nuestro propio hierro. Y le hemos puesto el nombre de Domecq Núñez un poco porque al final nos viene la cultura taurina tanto por padre como por madre, entonces es un poco la unión de esos mundos.

Nosotros todo lo que tenemos es encaste Domecq y lo que hemos vivido en casa es encaste Domecq y es un poco con lo que vamos a estar pero como era un proyecto que arrancábamos mi hermana y yo, decidimos poner de nombre nuestros dos apellidos y ya está. Mi padre estuvo herrando primero con el hierro de Marcos Núñez, que es el hierro de mi abuelo materno, por eso el debut fue en Zorita en un festival de erales hace dos años. El año pasado lidiamos en Bujalance y Jerez de los Caballeros.

-¿Ya han hecho el primer herradero?
-El hierro de Domecq Núñez lo montamos el año pasado. De hecho la semana que viene tenemos herradero y será la primera vez que herremos con el hierro de Domecq Núñez. Hasta ahora hemos estado herrando con el hierro de Marcos Núñez que era el que tenía mi abuelo.

“Actualmente la procedencia la mayoría es Jandilla con algunas vacas de Daniel Ruiz y algunas de mi primo Juan Pedro, y crías del semental de Daniel y sobre todo de los sementales que había preseleccionado mi padre”

-Es un proyecto incipiente. ¿Cuántas cabezas tenéis y dónde lidiará Domecq Núñez?
-Ahora más o menos tenemos unas 50-60 vacas. El objetivo es mantenerse en esa línea y que nos permita mantener un volumen constante para hacer una corridita de erales o dos corridas de erales y una novillada al año y luego torear algunas cosas en casa de machos que siempre es algo bonito y que nos gusta.

Y de alguna manera ir sacando nuevos sementales que es lo que hace falta. Para este año lo que tenemos es más o menos eso. Haremos una corrida de erales vinculada a la Escuela de Badajoz porque la ganadería está en Extremadura y estamos vinculados a ella y nos gusta apoyar a las nuevas generaciones que salen de allí y luego lidiaremos una novillada en un festival cuyo destino está por definirse.

-¿Qué significa para vosotros mantener vivo ese legado de vuestro padre?
-Nuestra vida siempre ha estado vinculada al mundo del toro porque mi padre lo vivía al 150 %, no solo porque fuera un gran aficionado y un grandioso ganadero, sino porque era una persona súper pasional, de estas personas que llena el espacio y vivía esta afición al 150 % y de alguna manera esa pasión se transmite. Hemos tenido la suerte de vivir todo el proceso. Cuando mi padre deja Jandilla después de llevarla durante varios años y decide emprender con Zalduendo era con la edad que yo nací.

Ahí decidió irse con mi madre, comprarse la finca en Extremadura y arrancar con la parte que le correspondía de lo que le tocaba de Jandilla y emprendió lo de Zalduendo y vivimos todo el proceso en el que estuvo muchos años sin lidiar porque lo que estaba era criando y construyendo. Así vivimos la evolución hasta la eclosión de Zalduendo en la que tuvimos la suerte de vivir esos grandes éxitos, de ir a las principales plazas de España, de acompañarlo recorriendo toda España que ademas de aprender del mundo taurino te permite conocer nuestra geografía y conocer a gente de todos lados, que nos ha enriquecido mucho y es parte de lo que somos y es una parte fundamental de nuestra vida y por eso no estábamos dispuestos a abandonarla.

Luego mi padre decidió vender Zalduendo. Necesitaba un descanso después de tantos años y prefería volver a arrancar algo nuevo y emprender la esencia volviendo a empezar y yo estoy convencido que si hubiera tenido la oportunidad de vivir mas años, se hubiera vuelto a liar, como yo digo -risas-.

“Esta es la primera vez que nos anunciamos con el nuevo hierro que hemos hecho. Ya no tenía mucho más sentido seguir con el hierro de Marcos Núñez”

-La ganadería la llevan usted y su hermana María. ¿Qué funciones tiene cada uno?
-Esto lo vemos como una manera más de unirnos y permanecer juntos. Las labores administrativas las repartimos y en los tentaderos intentamos estar los dos y poder hablar de qué le ha gustado a uno y otro, y poder consensuar e ir tomando decisiones. Nosotros tenemos otras carreras que compaginamos con esto y vamos la mayoría de fines de semana al campo. Mi hermana tiene un hijo pequeño y yo tengo tres. Son todos varones y se juntan allí y lo pasan muy bien, y lo viven como lo vivimos nosotros cuando nació Zalduendo, que era algo muy pequeñito. Pero entonces mi padre ya era una figura y lo compaginaba con trabajar en banca y luego ya decidió dedicarse plenamente cuando ya el proyecto cogió vuelo. Y hoy lo vivimos sin mucha más ambición que la de disfrutar y poner nuestro grano de arena para que esto siga.

-Tu padre era un hombre muy pasional. ¿Es ese vuestro objetivo, continuar con esa pasión? ¿Qué tipo de animales buscan?
-Sí, eso va intrínseco en la persona. Mi padre era especialmente pasional. De alguna manera conservar la filosofía que nos había transmitido como ganadero de ese toro bien hecho, ese toro bajo, ese toro con cuello y con la cara cerrada, que embiste por abajo y empuja los vuelos, con movilidad. Ese toro bravo en definitiva que le gustaba a él y por eso queremos intentar transmitir en la medida de lo que podamos esa filosofía que él tenía un don para eso. Nosotros estará por ver.

“Nos gusta el toro que mete los riñones, el toro que a la vez tiene movilidad y que está bien hecho. Eso son cosas que no se negocian”

Sí es verdad que actualmente no tenemos la ambición de montar lo que él montó pero sí en pequeñito de conservar eso e intentar ponerle nuestro granito de arena e intentar seguir con su legado y su filosofía de toro aplicándole un poco también la nuestra. Que él nos lo decía, que cada persona tiene su sensibilidad y personalidad, y tiene que saberlo transmitir y no pensar en qué haría la otra persona sino pensar en qué haría cada uno personalmente. Es un ejemplo que intentamos seguir, de inspirarte pero al final tomar tus propias decisiones.

-¿Y cuál es esa filosofía propia que buscan añadir a la de su padre?
-Eso es complicado de decir. Son conversaciones que vas teniendo. La madre de las ganaderías son los tentaderos y ahí es donde un ganadero verdaderamente es capaz de imprimir su filosofía y detectar los distintos comportamientos que te gustan y que te definen. Entonces hay unas cosas que no son negociables, como que un toro tiene que ir con la cara metida porque no nos gusta un toro con la cara a media altura.

Nos gusta el toro que mete los riñones, el toro que a la vez tiene movilidad y que está bien hecho. Eso son cosas que no se negocian. A partir de ahí hay pinceladas de una tipología de embestida que te pueda gustar más o menos y que va definiendo esa personalidad de la ganadería que sinceramente con lo poquito que tenemos y lo chiquitito que es, pues veremos en qué se traduce. Creo que eso se irá imprimiendo con los años.

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