LA REVOLERA

Finito de Córdoba fue ídolo de Jon Idigoras por un día

Paco Mora
sábado 30 de diciembre de 2023

Parece que debajo de aquel aspecto de “comeniños” de película de miedo, el político vascongado IdIgoras tenía su alma y su armario. Por cierto que no solo le gustaban los toros como espectáculo sino que había hecho sus pinitos vestido de luces. De modo modesto y sin pasar a mayores, pero había protagonizado algún amago con el chispeante y el manejo de los trebejos toricidas. Algo que llevaba muy en secreto, porque se quedo en las primeras matas sin pasar a mayores. Yo tuve conocimiento por pura casualidad de la afición taurómaca del personaje y aproveché la circunstancia para entrarle al personaje con más facilidad. Lo que me dio oportunidad de superar con éxito una raya que otros intentaron traspasar infructuosamente.

Conocí a Jon Idigoras, y comprobé enseguida que eso de que “la cara es el espejo del alma” no pasa de ser un dicho de escaso fundamento, pues, al menos conmigo fue siempre un modelo de respeto y corrección. Claro que nuestros encuentros se circunscribían al meollo de una entrevista periodística de carácter político, en la que la misión del periodista se ciñe a preguntar y reproducir, lo más exactamente posible, las respuestas del personaje, pero lo uno conduce a lo otro y un día, después de una larga sesión de conversación política y, mientras nos fumábamos un par de cigarrillos, Jon me preguntó: “Oiga Mora, ¿tan buen torero es ese Finito de Córdoba? Porque le he leído varias entrevistas y artículos en los que lo pone por las nubes…”

Aproveche la ocasión para tratar de darle una idea de la calidad de torero que para mí era el torero de Arrecife de La Carlota (Córdoba), y lo cierto es que a lo largo de la conversación me pude dar cuenta de que el vascongado era un buen aficionado. Sus preguntas eran serias y sensatas y se le notaba que, a través de mis respuestas trataba de hacerse una idea de cómo era el torero cordobés. Se le veía francamente interesado…

Se publicó la entrevista, que por supuesto nada tenía que ver con las aficiones taurinas de entrevistador y personaje. Poco después de nuestro encuentro periodístico recibí una llamada telefónica de Idigoras diciéndome que si era capaz de acompañarle a ver torear a Finito de Córdoba en La Maestranza de Sevilla, en plena Feria de Abril. Le dije que no había inconveniente y quedamos para el día de la corrida que yo le esperaría en el aeropuerto y me cuidaría de las entradas. La verdad es que sentía curiosidad por comprobar la clase de aficionado que era el controvertido político vasco.

Le dije a Antonio Burgos, amigo y colaborador de Interviú, publicación que yo dirigía, que tenía un compromiso y que necesitaba dos entras de tendido bajo para la corrida en la que estaba anunciado Juan Serrano “Finito de Córdoba”. Antonio me cedió sus dos abonos y me dijo que él ya se arreglaría con la empresa de La Maestranza. Esperé a Idigoras en el aeropuerto y después de almorzar y tras una larga sobremesa nos fuimos ambos a la plaza de toros. Vimos la corrida juntos y la verdad es que Finito tuvo una buena tarde, que el vasco se metió entre pecho y espalda sin pestañear. Terminado el espectáculo y mientras Idigoras cogía un taxi para marcharse al aeropuerto a coger el avión para regresar a Bilbao, me dijo. “Muchas gracias Mora, ¡qué pedazo de torero ese Finito! No me extraña que te guste, yo también me siento finitista desde ahora…”

Cuando por la noche me vi con Antonio Burgos para devolverle sus dos abonos, el gran periodista sevillano me dijo: “¡Si no supiera que tus amistades no van en esos derroteros, juraría que has visto la corrida sentado al lado de Jon Idigoras…!”

Me quede mirándole cara a cara y le espeté. “Mira que sois exagerados los sevillanos. ¿Tú me ves a mí tragándome una corrida de toros con Idigoras?” Poco antes de morir le dije la verdad de aquella sorprendente y torera tarde…

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