EL DETALLE DE FALLAS

Fuente Ymbro y Valencia, el romance y la leyenda crecen

Jorge Casals
jueves 14 de marzo de 2024

La importante novillada lidiada por Ricardo Gallardo en las Fallas sigue engrosando el idilio de Fuente Ymbro con Valencia. Que la divisa gaditana haya lidiado seis novillos ¡seis! de cualidades superiores parece que no sea noticia, pero eso sería normalizar algo que hoy en día está solo al alcance de muy pocos ganaderos. Tener preparada una novillada a principio de año, hechurada, bien comida, en forma y que además embista con la manera en la que lo ha hecho, es para quitarse el sombrero.

Lo vivido este jueves rememoró los inicios de Ricardo Gallardo como ganadero en esta misma plaza. De aquello hace ya poco más de veinte años y desde entonces, durante dos décadas, muchos han sido los novillos y toros que han dado gloria a esta divisa. Desde aquella famosa tarde en la que salieron disparados los novilleros Matías Tejela y César Jiménez, pasando por el indulto de Harinero por Perera, o la gran corrida de San José de la feria previa a la pandemia con un fiero Damasco de vuelta al ruedo, los hitos de la divisa verde en esta plaza son innumerables.

En esta plaza y en todas las del Mediterráneo, que no hay ganadero -con permiso de los demás- que haya logrado más éxitos en las tres plazas de la Comunidad Valenciana que Ricardo Gallardo. En Castellón no hay aficionado que no recuerde aquellas gloriosas tardes de disputa entre los madrileños Tejela, Jiménez e Iván García, o los de la tierra Abel Valls y Diego Lleonart, que indultó a Habilidoso, y Varea y Soler después. Sin olvidarnos de Alicante, donde Borja Álvarez indultó a Sacacuartos, como punto álgido de otro coso talismán. Y la historia continúa, apunten la de ayer como otra tarde más para el recuerdo. Les cuento…

Abrió la tarde un novillo de una calidad y franqueza excelsas. De los que se van largos y vienen de nuevo a la muleta descolgados, fijos. Más enrazado el colorado segundo, tuvo viveza en su embestida y una gran entrega, siempre por abajo. La clase volvió a aparecer en el tercero, que si bien le faltó acabar de empujar la muleta en los finales, tuvo buen fondo y mucha nobleza. El cuarto mantuvo la tónica. Repetidor, con movilidad y a más. Hasta el mansito quinto se dejó torear al abrigo de tablas. El sexto, más exigente, puso un buen broche a la tarde. Ya ven, en Fuente Ymbro la bravura sigue emanando a borbotones, más de veinte años después.

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