Gusta Mario Sotos en Madrid

El novillero conquense, muy puesto, da una vuelta al ruedo de peso frente al cuarto
Javier López
domingo 14 de agosto de 2016

Firmeza y sinceridad del mexicano Gerardo Rivera, que da también una vuelta al ruedo. Pobre imagen de José Ruiz Muñoz.

VÍDEO RESUMEN DE LA NOVILLADA

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE JULIÁN LÓPEZ

Fotos: JULIÁN LÓPEZ

Abrió plaza un novillo de Antonio Ordóñez grandón y con kilos, que cantó su mansedumbre en varas y que se movió en la muleta sin humillar y sin decir gran cosa. El debutante Mario Sotos anduvo muy fácil y seguro, mostrando un toreo clásico y sin concesiones, y con expresión en la interpretación aunque lo tuviera que hacer todo a media altura. Digno debut del joven espada conquense a pesar de la frialdad del tendido.

El cuarto fue otro galán, un “torazo” en toda regla, que derribó en el primer encuentro con los montados y, aunque se dolió en banderillas, fue el que mejor respondió con diferencia en el último tercio. Sotos reafirmó y aumentó las buenas sensaciones que había dejado en su primero con una faena en la que toreó con mucho gusto, componiendo muy bien cada muletazo. Toreo de mucha clase de Mario Sotos, que sabe lo que se hace y al que se le vio muy puesto a pesar de lo poco que lleva toreado. Le pidieron la oreja tras una casi entera y un golpe de descabello, pero el presidente optó por negársela. Una pena, sobre todo después de tantas orejas cortadas este verano en Madrid con la mitad de méritos. La vuelta al ruedo que dio, eso sí, tuvo su peso.

Gerardo Rivera se fue a la puerta de chiqueros para recibir a su primero a portagayola. Fue éste un novillo con tendencia a salirse suelto de los engaños, muy a su aire y con poco fondo; el mexicano llevó a cabo una faena tan tesonera y larga como poco resolutiva en lo artístico por lo poco o nada que colaboró el utrero. Estocada desprendida al primer encuentro, larga agonía del animal, dando tiempo que sonara un aviso.

El quinto fue un sobrero de Hermanos Martín Alonso un punto reservón con el que Gerardo Rivera estuvo muy por encima de las circunstancias. Faena firme y sincera del mexicano, muy capaz y solvente de principio a fin, mostrando muy buen oficio y mejor técnica para resolver la situación de manera airosa. Le pidieron la oreja después de una estocada defectuosa con derrame y dio una vuelta al ruedo.

José Ruiz Muñoz pasó prácticamente como una sombra ante su primero, un novillo que se agotó muy pronto y con el que anduvo desconfiado y con mucha precauciones, siempre con el pasito atrás, incapaz de pegar un pase en condiciones. Pobre imagen la que ofreció el sobrino nieto de Curro Romero, que fue silenciado. En el sexto la imagen fue más pobre aún. Totalmente descompuesto, no solo no se puso ni una sola vez sino que salía corriendo directamente nada más arrancarse el novillo. Por si fuera poco, dio un mitin con la espada de los de época. Tres pinchazos perdiendo la muleta y tomando el olivo, media de cualquier manera y ocho descabellos. Silencio entre almohadillas.

Madrid, domingo 14 de agosto de 2016. Novillos de Antonio Ordóñez y Toros de la Plata (3º) y Hermanos Martín Alonso (5º bis). Bien presentados pero de escasa raza y menos clase. El cuarto fue el más manejable. Mario Sotos, palmas y vuelta al ruedo tras petición; Gerardo Rivera, silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras petición; Ruiz Muñoz, silencio en ambos. Entrada: Menos de un cuarto.

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