REPORTAJE

Los artesanos del boto campero resisten en Tordesillas

Jorge Casals
domingo 31 de octubre de 2021
Muchos toreros acuden a los hermanos Rodríguez, de los pocos que quedan ya en Castilla y León, para encargarles este calzado artesanal de cara a los tentaderos y festivales

Son muchos los toreros que en esta época acuden a Tordesillas. ¿Cuál es el motivo? Encargarse unos botos camperos para afrontar los tentaderos del invierno. Un calzado que se elabora de manera artesanal siguiendo una tradición más que centenaria. Quienes mantienen este trabajo casi extinto en la actualidad son los hermanos Rodríguez, la quinta generación de guarnicioneros y zapateros que, gracias a su dedicación y la calidad de su producto, permanecen como un emblema de esta artesanía, que siempre ha ido muy ligada a la Tauromaquia.

Castilla y León es tierra de grandes artesanos del boto campero, aunque ya quedan muy pocos. De ahí el mérito de Manuel, Inda y Víctor, tres hermanos que llevan en el taller de la calle San Antón, en los aledaños de la Plaza Mayor de Tordesillas, desde que en 1964 se instalara allí su padre Julián, el zapatero que les enseñó todo y que este año les arrebató el covid a los 89 años.

Elaboran el boto campero de manera artesanal, siguiendo una tradición más que centenaria. De hecho, el punteado lo realizan con una máquina de coser de más de 130 años que fue de su abuelo y que se ve enhebrada con hilo de cáñamo natural. El espaldillado, el moldeado… todo es igual que hace más de 100 años, dando forma a las pieles que llegan de Villarramiel, un pueblo palentino donde practican un encurtido vegetal. “Lo único que ha cambiado son los moldes actuales, son más modernas las hormas. Ahora los toreros quieren que el boto quede muy ajustado a la pierna y no haga arrugas. Prefieren que sean muy altos, con forma y ajustados”, comenta Manuel entre puntada y puntada.

DESFILE DE TOREROS

Muchos son los toreros que han pasado por este taller. Lo recuerdan algunas fotos colgadas de las paredes y los propios hermanos, que enumeran algunos de los que más recuerdan: José Tomás, Joselito, Paco Ureña, Uceda Leal, Manolo Sánchez, Leandro, Pablo Hermoso de Mendoza, David Galván, Roberto Domínguez… “Curro Vázquez también ha venido mucho y él trajo a Cayetano, y fue el propio Cayetano quien un día apareció por aquí con el actor Adrien Brody para que le hiciéramos unos botos y unos zahones para la película Manolete”, añade Inda sin levantar cabeza de unos botines que tiene entre manos.

Entre tanta modernidad e innovación, la artesanía, la tradición y el producto hecho a mano siempre tiene su sitio. Y su valor. Aunque haya poca gente que se dedique a ello. Los hermanos Rodríguez son unos de ellos. Unos artistas en lo suyo.

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