El burraco que hizo primero abría la cara en su simple aunque amplia expresión. Sergio Rodríguez, con la alternativa la próxima semana en el horizonte con Perera y Luque en Ávila, lo recibió con muchas ganas. El novillo embistió pegando algunos arreones, del mismo modo pasó por el caballo. Del quite de Mario Navas por delantales relució una preciosa media a pies juntos. Destacó Juan Carlos Rey en dos soberbios pares de banderillas dando toda la ventaja al novillo. Sergio Rodríguez planteo una faena seria y firme. Muy encajado. El novillo no terminó de humillar aunque fue noble. Faena larga, con ciertos altibajos con un final en cercanías ya a toro parado donde el abulense recibió una derrote. Dos pinchazos y estocada.
En cuarto lugar se lidió un novillo muy desagradable: descarado, muy amplio de sienes, con longitud de pitón. Una salvajada. Sin embargo la condición fue mejor que el aspecto, hizo el avión desde los primeros lances de Sergio Rodríguez. Empujó en el caballo y se orientó mucho en banderillas. Rodríguez, que brindó a Álvaro Lorenzo, hizo un esfuerzo con él tratándole mucho al principio para romperlo al final. Muy asentado, con el compás muy abierto, encajado en todo momento. La faena alcanzó una cota alta, especialmente sobre la mano derecha en una buena tanda final. Cuidó mucho la colocación al pitón contrario. Cinco pinchazos se interpusieron entre Rodríguez y la posible oreja de su despedida como novillero.
En segundo lugar salió un novillo con apariencia de toro (feo) de Los Chospes. Una barbaridad para los novilleros. Tocado arriba, astifino, un despropósito. Mario Navas trató de templarlo con clasicismo genuflexo con el capote, el toro embistió rápido y fuerte. En el caballo lo picó muy bien Alberto Sandoval. Intervino en quites Bruno Aloi. Mario Navas estuvo sensacional con el novillo que además de bronco, midió con peligro en cada embroque. Hizo un esfuerzo el vallisoletano para aplicar su artístico concepto a un toro (sí ,toro) francamente complicado. Logró torearlo con naturalidad, la pierna por delante y ritmo. Un final atropellado antes de unos preciosos doblones embarullaron la faena. Pinchazo y estocada corta.
El quinto también abría la cara, sin cuello, muy basto. Resultó áspero desde salida. No se dejó dar en el caballo aunque Carlos Pérez se empleó para que no se fuese sin picar. En la muleta fue muy duro: midiendo, soltando la cara, violento. Navas se asentó para tratar de torearlo en redondo. Tiró la moneda para torear bien. El novillo no fue agradecido y en cuanto pudo se lo echó a los lomos. No se amilanó Navas que volvió a la cara con verdad, sincero, con el fin de torear a compás. Logró algún muletazo limpio antes de resultar desarmado en un derrote que buscó el pecho. Hizo un esfuerzo sin ningún tipo de alharaca, con entrega a disposición del toreo. Al doblarse con él recibió un duro volteretón, en el suelo o novillo le buscó con saña atravesando la chaquetilla por el costado. Un nuevo milagro. Lo cazó de estocada corta desprendida.
Bruno Aloi, de México, se presentó en Madrid con un novillo abierto de cara aunque más normal que sus hermanos. Un ensabanado, calcetero, careto en negro. En los primeros lances le pegó una voltereta al tratar de torear a pies juntos. El novillo exigió llevarlo en todo momento. Cumplió en el caballo. Bruno Aloi brindó al público y quiso empezar con un cambiado por la espalda. El noble novillo se frenó. Se afligió ante la firmeza del mexicano que por querer dominar la embestida abusó de la brusquedad en los toques. El mexicano fue todo valor, en una faena de exposición. Pinchazo y estocada.
El sexto fue otro novillo bastito y muy abanto en los primeros tercios. Bruno Aloi estuvo muy dispuesto, en la faena de muleta logro ligar dos tandas sobre la mano derecha de encajada expresión. Mostró ganas, ligazón y valor. El novillo sin ser un derroche de clase resultó noble y humillador. Estocada. Dio una vuelta al ruedo tras una leve petición.
Madrid, domingo 21 de abril de 2024. Novillos de Los Chospes. Exagerada de presentación aunque de manejable juego. Impresentables por exceso cuarto y quinto. Sergio Rodríguez, silencio tras dos avisos en ambos; Mario Navas, palmas y ovación con saludos; Bruno Aloi, ovación con saludos y vuelta al ruedo tras leve petición. Entrada: 7.772 espectadores.
