La pincelada

Naufragio

José Luis Benlloch
martes 08 de junio de 2010

En la cuestión artística no hubo milagro, el santo labrador debía estar ocupado en cuestiones de más trascendencia o menos difíciles -esa es otra posibilidad- y la afición tendrá que esperar a la polémica Feria del Aniversario…

En la cuestión artística no hubo milagro, el santo labrador debía estar ocupado en cuestiones de más trascendencia o menos difíciles -esa es otra posibilidad- y la afición tendrá que esperar a la polémica Feria del Aniversario para satisfacer sus ansias de buen toreo. Los capítulos reseñables como destacados es una lista de lo más breve: la faena de Curro Díaz, el coraje de Rafaelillo, el nivelazo técnico de Juli…¡uhmmmm! los naturales sorpresa de Padilla, la resurrección de El Cid, la bravura de Castella, el arranque de Perera… la perseverancia de Robleño y cuesta, cuesta rescatar más nombres del naufragio. Incluso temo que haya sido generoso en exceso. En cualquier caso poco en el conjunto de un abono en el que abundaron las tardes plasta, las broncas, el desvarío ambiental y la decepción.

A la hora de buscar culpables se te va la mirada hacia los toros. Ese fue el capítulo clave de la gran debacle. Y como en Sevilla, los nombres más legendarios, los llamados toristas, fueron la mayor decepción. ¿Dónde acudimos ahora, a quién señalamos como referencia?… Se salva Cuadri si acaso y Victorino por no ir. El tío es listo. Lo ha vuelto a demostrar. Porque ir para nada…

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