Ganadería... Dolores Aguirre

Tres décadas, un sueño cumplido

Jorge Casals
domingo 28 de marzo de 2010

Hace más de tres décadas que Dolores Aguirre se hizo ganadera casi casi de casualidad. Le convencieron su marido y su amigo Antonio Ordóñez. Cuando aceptó el reto, de inmediato supo el ideal de toro que pretendía criar. En primer lugar, que el toro fuese encastado y tuviese emoción en su embestida. Y por otro lado, buscar una presentación ofensiva, seria. Quizá como es el toro que se lidia en el norte, su tierra. Y lo ha conseguido, con la amalgama Atanasio-Conde de la Corte, ha logrado crear un toro con personalidad propia que durante muchos años tiene cabida en las ferias más importantes de España y Francia.

Hace más de tres décadas que está ganadería de bravo vio la luz. Dolores Aguirre y Federico Lipperheide, un matrimonio aficionado a los toros y afincado en la vizcaína localidad de Berango, mantenía una cálida amistad con quien fue una gran figura del toreo, Antonio Ordóñez. El maestro, ante la desmesurada afición de Dolores, propuso a Federico que convenciese a su mujer para que adquiriese una ganadería de bravo e inmiscuirse así en el maravilloso mundo de la crianza del toro bravo. Y así fue. A Dolores la convenció su marido pese a mostrarse un poco reticente al principio. “No te creas que me hacía mucha gracia porque no entendía, pero poco a poco, cuando empiezas a entrometerte y a conocer este mundo del toro en el campo, la ilusión aflora, ya sabes lo que te gusta y lo que no, y te marcas unos objetivos para ir consiguiéndolos”, afirma la ganadera.

 

Lea el reportaje completo en su revista Aplausos

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