El montante social del toreo es un mestizaje de generaciones. Inverosímil. En cine, los grandes directores españoles son de la misma generación que los actores de mayor tirón. Y de los actores de otras nacionalidades, quizá por eso Amenábar dirige fuera. Tiene talento y habla el mismo lenguaje que un actor de Madrid o de New York. El mejor de nuestros productores de teatro, sobre todo musicales, es hijo de un gran taurino, Luis Álvarez (mismo nombre, mismo apellido) afincado ahora en Manhattan, joven de trabajo y talento con un secreto: el de ser fiel a su generación, a lo que pide, exige, demanda y consume las gentes de su tiempo. Es decir, su generación y las generaciones de los hombres y mujeres que hay alrededor. El mercado. Entrar en el mercado es dar vida a un espectáculo, sea tradicional o cultural o de ocio simple. El cine es pura contaduría de historias. Pero las historias que desea el mercado.
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