Román ha vuelto a recuperar la sonrisa. Tras una temporada en la que quedó prácticamente inédito -sólo se vistió de luces una sola vez en 2015-, el valenciano afronta este curso pleno de moral. En Valencia puso de manifiesto su evolución invernal y en Madrid, en la tarde de la confirmación de alternativa, ratificó que estamos ante un torero renovado.
– “El año pasado, en el que estuve parado por completo, me ha ayudado a estar como estoy ahora”
EN LA CALLE: “De no ser torero, hubiera sido bombero”
Natural, fresco, desenfadado y optimista. Así es Román. Hace un año se asentó en tierras de Guadalajara donde da rienda suelta a su inspiración pincel en mano y lienzo en blanco. Valenciano de nacimiento, tiene sangre francesa por parte de madre, un hecho, asegura, que nada tiene que ver en su preferencia por la omelet antes que por nuestra tortilla de patatas. Confiesa ser un desastre para todo y su filosofía de vida no es otra que encarar la vida con alegría.
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