La crónica de José Luis Benlloch en Las Provincias

Ureña con aires de figura

José Luis Benlloch
jueves 16 de marzo de 2017

Ojo a Ureña. Murciano. Visto lo visto ayer, torero importante. Torero de feria como dicen los clásicos. Forjado en las corridas más duras. O dicho de otra manera, hecho a fuego lento en el umbral de los grandes banquetes feriales.

Sábado 11: “Álvaro Lorenzo cortó una oreja en la apertura”

Domingo 12: “Toreo y dolor, qué bonito, qué duro”

Lunes 13: “Feliz debut de Diego Carretero”

Martes 14: “Un francés por la puerta grande”

Ojo a Ureña. Murciano. Visto lo visto ayer, torero importante. Torero de feria como dicen los clásicos. Forjado en las corridas más duras. O dicho de otra manera, hecho a fuego lento en el umbral de los grandes banquetes feriales. En esos círculos donde hay más toros que billetes, donde tantos y tantos sucumben en la desatención. Claro que el que resiste, es el caso, sale reforzado. Ayer toreó con asiento de torero hecho, con el capote, qué maravilla, en el quite de milimétrico ajuste al toro de David Mora y sobre todo a la verónica en su primero. El mentón hundido en el pecho, los brazos sueltos, el tiempo medido y pausado, media luna el recorrido del toro, es decir la verónica en su versión más profunda, que una cosa es la flamenquería y otra la hondura. Una cosa es lo bonito y otra bien distinta lo bueno. En este caso coincidieron bueno y bonito. Otro tanto cabría decir de su toreo de muleta, sobre todo en su primero. Toreó largo, templado, hondo cuando le dio el medio pecho e incluso cuando le echaba la pata adelante para hacerle descarrilar de su viaje natural; pero también al final, cuando tomó la muleta con la zocata, totalmente de frente y jugó la muñeca y la cintura con mimo sevillanista. En ese toro el presidente le negó la oreja. El hombre, me refiero al usía, contaría los pañuelos y faltaría alguno. Supongo. O directamente no le gustó Ureña. Sus razones tendría. ¿Numéricas, de liderazgo, de sensibilidad?… no se sabe, el caso es que dijo que nones. En su segundo toro se la concedió por una faena de mérito y altibajos. Le gustaría más, le saldrían las cuentas al contar los moqueros. No digo que no la mereciese pero entre una faena y otra no había color. No importa mucho, o sí, pero es triste y extraño que con una tarde como la que cuajó Ureña ayer se tenga que ir de la plaza andando. No han de pasar muchos días para que el agravio comparativo adentre la decisión presidencial en el territorio de la ofensa y el despropósito.

El otro triunfador de la tarde fue el ganadero. La corrida de Jandilla aprobó con nota alta la asignatura de la presentación, fueron toros guapos, sin estridencias pero muy serios y aprobó con otra excelencia la asignatura de la bravura. El segundo rozó la perfección. Negro, lustroso, bien armado, de astracanado morrillo, derribó en varas, se enceló con la cabalgadura, galopó en banderillas y llegado al último tercio tuvo humillación, recorrido, ritmo… Gran toro. No fue menos guapo el castaño que rompió plaza, que fue pronto y alegre en todos los tercios y tuvo mucha vida. Tuvo entereza y bravura, por tanto su punto de incomodidad e interés el toro quinto, que, digamos, fue más de público que de torero. Desentonó el cuarto por descompuesto y fueron toros buenos el lote de Jiménez, al primero de los cuales le dedicaron un ovación de salida por puro guapo. Conjunto de categoría.

Si la primera faena de Ureña queda dicho que tuvo compás y calidad, su segunda fue de mérito, con altibajos porque el toro no se acabó nunca de entregar. Exigente en las distancias, no permitía el mínimo desajuste y a series de espléndido mando le seguían otras de más amontonamiento. Tuvo más tesón que brillantez. A éste lo mató de gran estocada.

Javier Jiménez fue todo voluntad. Vitalista, dispuesto y tierno. Su primera faena fue de menos a más y alcanzó el acople toreando con la derecha. A su segundo acudió a recibirle a portagayola y a un susto le siguió otro y aparecieron los nervios y la falta de oficio. Nada que no pueda mejorar en la próxima. David Mora, que abría cartel, no tuvo suerte. Toreó con gusto a su primero sin que alcanzase a traspasar las candilejas y no tuvo opción en el único toro deslucido de la tarde. Añado: Bien Otero en banderillas, el tiempo mejoró, la plaza media y la ilusión intacta.

CRÓNICA PUBLICADA EN LAS PROVINCIAS EL 16/03/2017

Sábado 11: “Álvaro Lorenzo cortó una oreja en la apertura”

Domingo 12: “Toreo y dolor, qué bonito, qué duro”

Lunes 13: “Feliz debut de Diego Carretero”

Martes 14: “Un francés por la puerta grande”

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