La primera vez que los toros de Partido de Resina, por entonces aún anunciados con su nombre original de Pablo Romero, partieron desde la finca matriz hacia Francia corría el año 1894. Nueve años antes, Felipe de Pablo Romero había adquirido la mitad de la ganadería que Carlos Conradi comprase unos meses atrás a Rafael Lafitte Castro. Unos animales que desde su génesis destacaron siempre por su belleza de hechuras como marchamo de la mezcla originaria que en su día obrase el clérigo roteño Francisco Trapero en una cruza de sangres que, más allá de esa guapeza de trapío, les otorgó también bravura y poder en una Fiesta que por entonces aún giraba en torno al número de caballos que quedaban destripados en el ruedo.
Sin embargo, con el correr de los años aquellos toros guapos fueron declinando su estrella hasta terminar por transmutar su nombre originario por el de la finca en que se crían y con el de Partido de Resina comenzaron a anunciarse en los últimos albores del pasado siglo al pasar de manos de Jaime de Pablo Romero a las del industrial Tico Morales. Ya en poder de su nuevo criador acudieron en 2003, por última vez, a Nimes, tierra en la que los pablorromeros han sido de siempre queridos hasta rozar la idolatría como quedó demostrado allá por 1996 cuando un grupo de románticos franceses quisieron rescatar a la ganadería de su más que presumible desaparición constituyendo una fundación salvadora. No lograron el propósito que se marcaron. Sin embargo, aquella locura romántica continuó latente en la institución que lleva por nombre Les Amis de Pablo Romero. El próximo día 18 de mayo tendrán el enorme placer de volver a ver a los toros del mítico hierro de la herradura en su plaza.
“Están súper felices de tener los toros de nuevo en su casa y están preparando actividades para divulgar aún más el evento”. Quien así habla de Les Amis de Pablo Romero es José Luis Algora, el hombre en el que Tico Morales depositó desde el principio toda la responsabilidad de recuperar una ganadería histórica. José Luis, veterinario de profesión, ha puesto los mejores años de su vida al servicio de una vacada con un intrincado contenido genético en el que bucear para extraer lo bueno y potenciarlo en estos tiempos en que la lidia camina por sendas muy diferentes a las que discurrían cuando el primer Pablo Romero soñó con ser ganadero.
“En los últimos cuatro años tenemos la satisfacción de que las corridas se están moviendo y han salido toros humillando. Eso nos demuestra que estamos mejorando”
“En este tiempo hemos ido corrigiendo muchas cosas y potenciando otras como, por ejemplo, la capacidad de humillar. Ahora ya salen muchos toros humillando. También se ha trabajo en bajar la altura del toro. Por ejemplo, los que van a Nimes son muy bajos, como también los que irán después a Madrid”, comenta Algora, que continúa con su exposición: “Poco a poco hemos conseguido logros como el de la movilidad. En los últimos cuatro años nos están dando la satisfacción de que las corridas se están moviendo, unido a que no se ha devuelto ningún toro en este tiempo. Todas esas cositas nos demuestran que estamos mejorando, pero esto es muy largo por lo que no podemos bajar nunca la guardia”.
Esos logros esperan verlos refrendados el próximo día 18 de mayo en Nimes, coso al que hace tres lustros que no acuden. Así lo explica José Luis: “Nosotros como Partido de Resina solamente hemos ido una vez, en 2003, y fue una corrida que no salió muy allá por lo que teníamos muchas ganas de volver por ser una de las plazas más influyentes de Francia. Estar en la Feria de Pentecostés para Partido de Resina es muy importante, aparte de que tenemos allí la peña de Amigos de Pablo Romero con muchísimos socios con un seguimiento muy continuo de la ganadería y ellos tenían mucha ilusión también de que volviésemos a su ciudad”.
“Es una corrida igualada y armónica. Está fuerte y muy rematada. Todos tienen mucho cuello. Tal vez está un poco por encima para lo que normalmente sale en Nimes”
Ilusión que viendo los toros en el campo será aún más plena cuando los vean salir a la arena. José Luis Algora habla así del encierro que hay reseñado: “Es una corrida muy igualada y armónica, de toros muy bajos. Está fuerte y muy rematada, pero con muy buenas hechuras. Todos tienen mucho cuello. Se podría decir que tal vez sea un poco elevada de trapío para lo que normalmente sale en Nimes. Pero es muy bonita”. Una corrida que ha sido escogida con mimo: “Está muy igualada de hechuras. Hay nueve toros y si no pasa ninguna desgracia de entre ellos decidiremos los seis que por nota más nos gustan. Ojalá que den el juego que se les intuye, porque va abierta de sementales contrastados, pero uno nunca puede olvidar que, como se suele decir, esto son melones sin abrir… Pero solo fijándonos ya en las hechuras tenemos muchas expectativas”.
Expectativas que esperan se cumplan el próximo día 18 para que los toros de Partido de Resina puedan volver a ser habituales en la arena nimeña una vez solventados los problemas que arreciaron en los años de ausencia y que José Luis Algora resume así: “Se juntaron varias circunstancias. Primero, que tuvimos cinco o seis años con problemas sanitarios por un brote de brucelosis que nos hizo mucho daño porque hubo que sacrificar casi la mitad de las vacas y encima nos impedía ir a Francia. Luego, también estos años ha dado la coincidencia de que no teníamos una buena corrida y tampoco la plaza nos la pidió. Sin embargo, esta temporada se han juntado todas esas cosas, hay una gran corrida y volvemos a ir”.
Que la suerte acompañe a los toros y a quienes los crían en este reencuentro con Nimes, la ciudad amiga de los Pablo Romero, hoy Partido de Resina.
