Las Ventas, primera plaza de toros del mundo. Por el aire llega, en forma de afirmación sin voz, que no se va a meter mano a la reconstrucción/remodelación de la plaza de toros. El argumento para no lograr la explotación “total” del recinto es que no se adecúa a la normativa actual de seguridad y otras varias. A bote pronto, uno se siente como perplejo porque es incapaz de responder a esta pregunta: ¿si se pueden dar toros con 23.000 personas en el coso, no se pueden dar otros espectáculos con menos público? De otra forma: ¿ser ciudadano aficionado a los toros dota de un caparazón individual frente a hecatombes? O, ¿ser público de toros es una afición de riesgo por la cual hay que aceptar que mi pellejo esté en el aire?
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2.212
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2.212 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2.212 para Android