EL DETALLE DE FALLAS

Puntero, de Juan Pedro Domecq, gloria a los toros bravos

Jorge Casals
lunes 18 de marzo de 2024

Puntero, de Juan Pedro Domecq, fue el toro de la tarde. Y uno de los toros de la feria. Salió en primer lugar en la penúltima corrida de Fallas y mereció la vuelta al ruedo, premio del que le privó un palco que sigue haciendo de las suyas y castigando con saña a los ganaderos. Ni indultos ni vueltas al ruedo… como si así le diesen categoría a la plaza. ¿Será exigencia o ignorancia?

Puntero ha sido un toro bravo, con una embestida que ha tenido una explosión de esas virtudes que busca cualquier ganadero. Y aunque escueza, Puntero y Leguleyo (Jandilla) no han hecho más que ratificar la grandeza del encaste Domecq, que en su nombre lleva la penitencia, pues surgen los prejuicios y las injusticias cuando de reconocer tal procedencia se trata.

Puntero no tenía otro camino que embestir. No solo lo cantaban sus hechuras, también su reata, que pone de manifiesto una vez más que el indulto, del que tanto se ha debatido estos días, no tiene más camino que enriquecer las ganaderías y por ende dar mayor gloria a la tauromaquia. Y es que Puntero es hijo de un toro indultado: Jaraiz, al que Enrique Ponce le perdonó la vida en aquella famosa corrida “Crisol” de Málaga en 2017. Jaraiz padreó durante los tres únicos años que pudo, pues las heridas de aquella entrega absoluta en la plaza acabaron pasándole factura. Las tres camadas de hijos que ha dejado Jaraiz no hacen más que darle alegrías a Juan Pedro, con toros como Puntero o Piripi, premiado este último con la vuelta al ruedo en Burgos el año pasado tras cuajarlo Emilio de Justo. Ahora Juan Pedro busca la continuidad de esta familia en la prueba de nuevos sementales.

Toros como el de esta tarde no hacen más que poner de manifiesto el momento dulce que atraviesa esta ganadería para mayor orgullo de su ganadero, que ahora disfruta de pleno de las decisiones que tomó, para bien o para mal, tras heredar el legado de su padre. Y es que da la circunstancia de que Puntera, la madre de este toro para el recuerdo, fue aprobada en el primer tentadero que dirigió Juan Pedro Domecq Morenés al frente de la ganadería en 2011, poco después de fallecer su padre quien, seguro que desde el cielo, pidió la vuelta al ruedo para Puntero como su hermano Borja pidió la de Leguleyo. ¡Gloria a los toros bravos!

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