FERIA DEL PILAR

Rotundo Alejandro Talavante en Zaragoza que abre la puerta grande tras una tarde pletórica

Roca Rey logra cortar una oreja a cada toro; Castella, un trofeo del primero con un encierro encastado de Núñez del Cuvillo que tuvo en el segundo y en el quinto los mejores del festejo
Redacción APLAUSOS
viernes 13 de octubre de 2017

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

GALERÍA FOTOGRÁFICA DEL FESTEJO

LA OPINIÓN DE PACO MORA: “Alejandro “El Grande””

Rotunda la tarde de Alejandro Talavante que con la de hoy, continúa el idilio con la afición zaragozana. Tarde pletórica, inspirada y llena de autoridad en la que además, se pudo disfrutar de un festejo lleno de intensidad no sólo por el extremeño sino también por un Roca Rey que estuvo gigante y un Castella que se la jugó y nunca le volvió la cara a la competencia y a su lote, cuajando una actuación que fue premiada con una oreja del que abrió plaza.

Ante el colorado lidiado en segundo lugar, repetidor por ambos pitones, con temple y codicia, Talavante apostó por él y cuajó una faena entre la inspiración y la ortodoxia con momentos de duende, brillando sobre todo por el pitón izquierdo. Suavidad, temple y cadencia en el toreo al natural. Muy plástico mostrando un toreo en plenitud y un torero en pleno trance artístico. Trazo largo en el dibujo de la embestida que configuró una rotunda y compacta faena. Talavante supo, además, darle espacio y tiempo a un toro venido a menos, al que cuajó en el toreo en redondo como broche a su actuación. Final entre los pitones, con derechazos mirando al tendido muy expresivos. Estocada trasera, tardando en rodar el toro y oreja. Después, ante el quinto, salió a redondear su tarde. Y lo hizo con una faena rotunda a un toro encastado y codicioso que embistió a las telas con calidad, temple y emoción. Comienzo de rodillas -tras brindar al público- con mucho mando, poder y decisión cuajó un inicio de faena, pletórico de exposición y valor. De nuevo al natural, cuajó una faena con tandas de mucha largura y temple por ese pitón. Es verdad que el toro tardaba en coger la muleta pero, en el momento se arrancaba, lo hacía siempre con codicia, con entrega, con fijeza, con bravura. Rotunda tanda al natural con ritmo y cadencia, llevándolo al ralentí y durmiendo la embestida. Meció el toreo y lo soñó, haciendo levantar al público de sus localidades. Toreo en redondo, roto y largo, con profundidad. Fue un gran toro, el de Cuvillo, con mucha repetición y codicia, además de temple y recorrido. La plaza en pie y entregada. Rotundo Talavante. Sin concesiones. Estocada arriba en la cruz. Aviso. Dos orejas.

La actuación del extremeño tuvo su justa y certera respuesta en Roca Rey, quien no entregó las armas y volvió a mostrar su mejor versión, la de la entrega, la genialidad, el riesgo, la inspiración. Con el encastado tercer toro de la tarde, lo recibió a la verónica con gusto y suavidad. Inicio intenso con un toro que acudió de lejos, con franqueza pero sin humillar en exceso, al que después le cuajó un quite en el centro del ruedo, ajustadísimo y sin enmendar. El público en pie. Brindis a la afición e inicio de la faena dejándose llegar al de Cuvillo desde lejos. Embistió con codicia y al galope el toro, pero sin terminar de entregarse a la telas, lo que añadió mayor emoción a la faena. Poderoso el peruano que le cuajó un trasteo completo por ambos pitones, alternando momentos vistosos e intensos tanto en el toreo en redondo como al natural. Faena de toma y daca, poderosa, que acabó con el toro rajado en tablas bajo el dominio de Roca Rey. Estocada arriba y oreja. Con el toro de la jota, todo un tío, ofensivo, serio y hondo comenzó su trasteo por estatuarios, apurando hasta el punto de casi resultar cogido. Valiente y arrebatado, el peruano plantó cara al de Cuvillo con mucha decisión. Se echó la muleta sobre la zurda y cuajó una poderosa tanda al natural donde templó la embestida y lo llevó con mucha cadencia por abajo. Tardo el toro, nuevamente, tuvo el defecto de abrirse hacia afuera cuando terminaba el pase pero, nada de ello fue problema para un torero que se mantuvo firme y rotundo, viendo toro en todo momento y terreno. En redondo lo cuajó dándole tiempo y espacio, y sin enmendarse se jugó la vida sin trampa ni cartón, hasta sufrir un desarme. No fue un problema. Volvió a la cara del toro para imponer su ley y remató con autoridad una actuación abrochada por estatuarios y uno por abajo, cumbres. El cóndor volvió a alzarse majestuoso sobre el coso de La Misericordia. Estocada desprendida de efectos rápidos. Oreja.

Finalmente, el más veterano, Castella, también logró cortar trofeo en este festejo y dejar su impronta de torero grande. Es cierto que no fue muy claro el primero del festejo en sus primeros tercios, pero rompió a más en el último y se pudo ver con él, la dimensión poderosa del diestro francés. Comienzo de faena llevando al toro por abajo, con mando y poder, hasta sacarlo al centro con decisión. Y a partir de ahí, repitió el toro con emoción aún sin entregarse del todo, lo que hizo que la faena adquiriese mayor relevancia. No se le podía dudar, y lo tuvo claro Castella quien se mostró firme y entregado, sobre todo por el pitón derecho. Embistió desde lejos el toro y cuando llegó a la muleta siempre repitió siguiendo las telas con brío y emoción. Al natural se aplomó más el de Cuvillo, escarbando y siendo menos claro, lo que hizo que bajase la intensidad del trasteo. Pero volvió al toreo en redondo Castella para concluir una actuación importante y rotunda. Estocada defectuosa, aviso y oreja de mucho peso. Con el más deslucido, el lidiado en cuarto lugar, un toro bien hecho que se mostró con empuje y más formalidad en los dos primeros tercios que en el último, Castella intentó firmar un trasteo que no terminó de alzar el vuelo por las condiciones del astado. Un toro más parado, justo de casta y de fuerzas, que acometió -por momentos- rebrincado y en otros, templado. Lo intentó por ambos pitones pero el esfuerzo fue baldío, llegando el lucimiento, solo en algunos instantes. Gran estocada en el hoyo de las agujas. Ovación.

Zaragoza. Viernes 13 de octubre de 2017. Feria del Pilar. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados en líneas generales. Encastados todo ellos, siendo el cuarto el más deslucido y bravo el quinto, un gran toro. Sebastián Castella, oreja tras aviso y ovación; Alejandro Talavante, oreja y petición de la segunda y dos orejas tras aviso; Andrés Roca Rey, oreja y oreja. Entrada: Lleno con “No hay billetes”.

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