POLÉMICA

Un error en los avisos deja fuera de la final de la Copa Chenel a Borja Jiménez

Gonzalo I. Bienvenida
miércoles 14 de junio de 2023
Al presidente se le olvidaron dos avisos a Juan del Álamo, un error que ha beneficiado al salmantino para que dispute la final de este certamen y no lo haga el torero de Espartinas. Lo más justo sería repetir la final a tres

En los últimos días se ha despertado una polémica: Borja Jiménez ha quedado fuera de la final a dos de la Copa Chenel por la penalización de haber escuchado un aviso (resta medio punto de la clasificación). El criterio de penalizar con los avisos recibidos de manera independiente al nivel artístico alcanzado por la faena me parece acertado ya que la tendencia del toreo lleva a la pesadumbre de las faenas infinitas. Prueba de ello, en San Isidro se escucharon 67 avisos. Con todo el respeto al que se pone delante del toro, no se debe ser pesado porque hay que recordar que esto es un espectáculo. El sentido de la medida es tan importante como el de la distancia, la altura o el temple. Por este motivo, en competiciones de novilleros o matadores me parece muy bien que el aviso cuente a la baja.

Lo que no puede ocurrir es que este buen criterio se aplique mal en un certamen de tanta importancia como el de la Copa Chenel (de magnífica difusión, televisado por Telemadrid y con el premio de alternar con las figuras el 12 de octubre en Las Ventas). La final a tres celebrada el pasado sábado se contaminó por un presidente que atendió su reloj en uno de los toros de Borja Jiménez y no lo hizo en uno de Juan del Álamo -que también se excedió en tiempo-. No creo que fuera intencionado, pues en esos momentos no se sabía las puntuaciones del jurado que dictaminaban quién había quedado por delante. Sin embargo, ese aviso ha sido determinante.

Resulta que el reglamento de la Comunidad de Madrid contabiliza los 10 minutos de faena desde que se cambia el tercio —haya o no brindis, sin descontar el tiempo de cambio de estoque, etc.— y hasta que se atrone el toro por parte del puntillero o lo haga el propio matador con el descabello. Teniendo en cuenta este punto, una de las faenas de Juan del Álamo duró 13 minutos y 8 segundos (hubiera sido merecedora de dos avisos reglamentarios y no sonó ninguno). Borja Jiménez escuchó el aviso en el momento exacto de descabellar al toro, que era el minuto 10 y 53 segundos. Si en un afán de generosa inexactitud el presidente hubiera querido tener un detalle con los matadores contando el tiempo disfrutado desde el primer muletazo en lugar que desde el cambio de tercio: Juan del Álamo estuvo con el toro 12 minutos y 8 segundos mientras que Borja Jiménez 9 minutos y 54 segundos.

Aparcado el cronómetro, no cabe duda de la importancia de la Copa Chenel gracias a la organización de la Fundación Toro de Lidia y a la financiación de la Comunidad de Madrid. Se trata de un proyecto que rescata toreros que se quedaron en el banquillo injustificadamente, jóvenes matadores que acusaron el parón del cambio de escalafón, toreros con algo que decir pese a las normas impuestas por el mercado. Además de sacar del campo un número importante de toros cada año. Para juzgar las actuaciones hay un jurado que no solo tiene que contar orejas y dictaminar con su criterio la puntuación por las ganas, la expresión y el manejo de la espada (tres puntos determinantes para llegar a lo más alto del toreo) también debe velar porque sea un certamen justo para que lleguen a la final los que mejor han estado.

El error del presidente ya no se puede enmendar, pues el “olvido” benefició a uno y perjudicó a otro. Pero se debe aprovechar la oportunidad para resarcir a Borja Jiménez que se ha quedado a las puertas de la final. Hay seis toros y dos toreros para la final a dos. ¿Por qué no contar con él? Tampoco sería justo dejar ahora fuera a Juan del Álamo. Hay quien argumenta que son tres ganaderías distintas anunciadas este domingo en Colmenar Viejo, pues se enlotan de la manera más equilibrada posible y que la suerte -tan importante en nuestra fiesta- haga su trabajo.

Sé que Borja Jiménez no se va a quejar. No es su carácter. De hecho, está agradecido a lo que la Copa Chenel ha hecho por él. Sabe que funcionando la espada en Alalpardo no hubiera tenido problema alguno en clasificarse para la final. Ahora toca esperar que reine el sentido común. Que se repita la interesante final a tres con reses de Zacarías Moreno, Palha y Montealto. Sería lo más justo.

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