LEÓN

Rotunda tarde de Juan Leal y Joaquín Galdós en Astorga

Redacción APLAUSOS
lunes 24 de agosto de 2020
Cuatro orejas para el francés y tres y rabo simbólico para el peruano, que indulta a Potrico, del Pilar

Fotos: Philippe Latour

Juan Leal y Joaquín Galdós piden paso. A gritos. Los dos protagonizaron una gran tarde de toros ante una corrida seria, de plaza de primera, de El Pilar, que acabaron aprovechando cada uno con sus armas. El valor sereno del francés arrolló en sus dos toros; y el gusto y aroma de buen torero del peruano afloró frente a ese buen toro, Potrico, al que acabaron perdonándole la vida. Dos toreros con los que hay que contar.

Serio fue el segundo, ovacionado de salida. Juan Leal pisó al acelerador a fondo ya desde el inicio. Se fue a los medios con la muleta para cambiarle el viaje hierático, sin inmutarse. Aprovechó la distancia larga para enjaretar los muletazos siempre con la pañosa adelantada, ligando con ritmo. El epílogo ojedista entusiasmó al tendido, que le premió tras un estoconazo con las dos orejas. Serio, rotundo y firme el francés, con ambición. Hubo incluso petición de rabo.

Gran toro el quinto, que protagonizó una pelea de bravo en el caballo y se vino arriba en la muleta, embistiendo muy humillado y con profundidad. Se topó el del Pilar con un Juan Leal en estado de gracia. Convencido, autoritario, sereno… Puso el valor al servicio del toreo. No conforme con el premio anterior, salió espoleado ya con el capote. Ajustado el quite por chicuelinas. Y después con la muleta puso expresión y corrió la mano con temple, especialmente la izquierda. Y de nuevo el epílogo en las cercanías: los circulares, el arrimón… Estocada en los rubios y de nuevo las dos orejas con petición de rabo. Tarde redonda la del francés.

El destino tenía guardado para el final a Potrico, un toro completísimo de El Pilar que acabó siendo merecidamente indultado. En Astorga y en cualquier otra plaza que se hubiese lidiado se le habría perdonado la vida. Bravo de verdad, tuvo duración, se empleó y embistió por abajo con clase y recorrido. Afortunadamente se topó con un joven torero que viene pidiendo paso: Joaquín Galdós. El peruano supo someterlo y gobernar al bravo toro, para acabar componiendo una labor emotiva y de gran belleza. El pulso, la largura de los muletazos y la enjundia fueron virtudes de una labor maciza. Un bello final para una tarde importante del peruano.

Antes, con el tercero, un buen toro del Pilar que embistió entregado y con clase, dejó apreciar el buen concepto que atesora, toreó con encaje y mando sobre el pitón derecho. Hubo gusto en la labor del peruano, que a pesar del pinchazo previo a la estocada, cortó una oreja.

Abrió plaza un toro con clase pero sin fuerza del Pilar. Uceda Leal, que venía de triunfar el día anterior y sustituía a Finito de Córdoba, se mostró aseado con el animal en una labor que nunca tomó vuelo. No manejó bien la espada, cosa rara en él. También acusó falta de fuerzas el segundo de Uceda Leal, pero tuvo calidad. El de Usera dejó retazos de su sabor añejo y esta vez sí, manejó la espada como él solo sabe hacer, con contundencia. Paseó una oreja.

Astorga (León). Lunes, 24 de agosto de 2020. Toros del Pilar, bien presentados, serios y con cuajo; y de buen juego en general, destacando el bravo 5º, de nombre Deslumbrero, nº 27, premiado con la vuelta al ruedo y el 6º, Potrico, nº 64, que fue indultado. Uceda Leal, ovación y oreja; Juan Leal, dos orejas con petición de rabo en ambos; Joaquín Galdós, oreja y dos orejas y rabo simbólicos. Entrada, casi lleno con el aforo permitido.

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