LEYENDAS.- DÁMASO GONZÁLEZ
(Foto: Crescencio)(Foto: Crescencio)

Valiente por… amor al toreo

José Luis Benlloch
domingo 09 de febrero de 2014

Érase una vez… Seguramente no sea la forma más periodística de arrancar un reportaje pero refleja la dimensión del personaje. Tampoco esta es una entrevista muy académica, en realidad es un haz de recuerdos y vivencias, unas simpáticas, otras duras, otras ocurrentes y ninguna corriente, que conforman una gran historia; son un manojo de rasgos y sentimientos que dieron pie a un gran personaje; el retrato/esbozo de un torero que trepó por las talanqueras, cruzó plazas y campos para convertirse en un icono, en un héroe del pueblo seguro que sin pretenderlo; un personaje muy por encima de la camisa desabrochada y el desaliño con el que pretendieron identificarle; es incluso mucho más que un valiente, valiente en el mejor de los sentidos, que en el toreo y en la vida no sólo es mucho sino muchísimo.

“Yo le he dado a los toros muchas veces con los muslos a los dos pitones pero lo meritorio es lo que viene a continuación. Que después de que te tengan tan cerca logres llevarlos dos metros más allá. Y si además el toro repite es el gran gozo…

– “No necesitaba ganar nada, con torear me daba por satisfecho. El toreo era algo especial que yo no podía pagar y lo buscaba en las capeas. Luego, como me gustaba tanto, me di cuenta que había aspiraciones mayores, que podía torear y torear en plazas y ferias y seguí adelante

“Cuando dominas al toro y ves que le estás pudiendo te entregas y llegas a creer que ya no existe el riesgo y hasta piensas que lo que estás haciendo es más importante incluso que tu vida. Entonces es cuando llega el disfrute”

Dos tentaderos, tres llamadas y una carrera explosiva: El Gallo a Pedrés, Pedrés a Camará, Camará a Balañá… “Hay un chico que vale” y en lo que va de San José a San Juan, Dámaso tuvo tiempo de convulsionar el panorama novilleril y tomar la alternativa con las máximas figura

– En San Antonio de Requena un novillo le enseñó a torear; en Ayora cobró de las vacas educadas; en Teruel se disparó su leyenda; en Chinchón enloqueció a apoderados y a la gente del cine; en Arganda se encontró a un amigo y competidor…

– La batalla de la publicidad y la competencia: Tras un triunfo en Barcelona, Camará ordenó publicitar “Dámaso acabó con el cuadro” y la semana siguiente tras otro triunfo de Miguel, Recondo le respondía en las mismas páginas “Márquez puso los cuadros en su sitio”

Lea AQUÍ la entrevista completa en su Revista APLAUSOS

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