Burgos. Feria de San Pedro
Ponce lo bordó al natural con el cuarto. (Foto: Javier Arroyo)Ponce lo bordó al natural con el cuarto. (Foto: Javier Arroyo)

Cumbre de Ponce, a hombros con Morenito

Redacción APLAUSOS
martes 29 de junio de 2010

Enrique Ponce ha cuajado una sensacional faena en el festejo celebrado esta tarde en la plaza de toros de Burgos y ha abierto la puerta grande junto al diestro local Morenito de Aranda. Ambos cortaron dos orejas en un espectáculo en el que El Juli se topó con un lote que apenas le dio opción.

La faena de la tarde llegó en el cuarto, un toro que resultó manejable y que sacó clase y nobleza aunque poco fondo. Frente a él, el de Chiva firmó una faena repleta de temple, reposo y buen gusto, que fue siempre a más y que reventó con un epílogo de ayudados por bajo que puso a la plaza en pie. Antes, con la mano zurda toreó con hondura y elegancia, destacando también sobre la diestra. Tan a gusto estaba Ponce, que incluso llegó a sonar un aviso antes de que entrara a matar. Cuando lo hizo, agarró una estocada en el sitio que terminó con la vida de su oponente y con el doble trofeo en sus manos. Con el que abrió plaza, noble pero bajo de raza, aprovechó la potable condición del animal por el pitón derecho en varias series reposadas en las que afianzó al ejemplar, al que incluso pudo exigirle al final de la faena. Un pinchazo y una estocada que escupió el toro redujeron el premio a una fuerte ovación.

Morenito de Aranda obtuvo un trofeo de cada toro. Entendió bien a su primero, noble y con clase pero blando, al que toreó con gusto y templanza, con su personal estética. Dos series con la izquierda tuvieron entidad. Mató de estocada y obtuvo la oreja. Exprimió al sexto, que salió como sobrero tras devolverse el tercero y correrse turno, en una labor de mucho tesón en la que intentó por todos los medios amarrar el triunfo. Parecía que la tardanza en morir del toro enfriaría los ánimos del público y le haría perder la oreja que le abría la puerta grande, pero al final se pidió el trofeo para el burgalés, que abrió junto a Ponce la puerta grande.

El Juli, por su parte, apenas tuvo opción. Su primero, deslucido y áspero, que embistió siempre con la cara arriba, le obligó a tirar de técnica en una labor en la que el madrileño anduvo muy por encima del toro. Mató de estocada trasera y saludó una ovación. El quinto se movió sin clase ni entrega. El Juli procuró siempre alargar su embestida en una labor de mucho gobierno y poderío. Falló a espadas y perdió un posible trofeo.

Burgos, 29 de junio de 2010. Toros de La Palmosilla, de poco juego salvo 3º y 4º. ENRIQUE PONCE: Ovación tras aviso y dos orejas; EL JULI: Ovación y saludos; MORENITO DE ARANDA: Oreja y oreja tras aviso. Entrada: Tres cuartos.

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