El sábado 7 de agosto comenzaron las fiestas de Sant Roc en El Puig (Valencia), donde se soltaron cuatro toros, dos de Fuente Ymbro buenos y con juego en la salida pero algo reservones, otro de Sánchez Ybargüen de similar faena y otro de Rafa Azor con el hierro de Barral. Velador se llamaba y hizo una tarde de las de recordar y no sólo para la temporada, es posible que este toro se recuerde toda una vida y más allá.
Velador, animal de gran volumen y de pelaje castaño, mostró sus encornaduras astilladas de lo que pegó tras el viaje de más de 22 horas encajonado, pero, a pesar de este agotamiento, respondió en la calle como un bravo de mucha categoría. El toro que todos soñamos y que pocas, no, poquísimas veces tenemos la oportunidad de ver. El Barral, o el Azor, como se le quiera llamar, acudía a los cites a todo cuerpo, metiendo los riñones y encogiendo las manos como si fuera un león, revolviéndose tras sus rodadores como si fuera un tigre y saliendo tras ellos como galgo tras su presa. Un espectáculo que hizo que el público asistente no dejara de aplaudir en todo momento desde que lo desencajonaron hasta que lo guardaron.
Ojalá podamos ver más toros como este, de momento yo me apunto al próximo Barral sea donde sea. Estamos escasos de toros bravos de verdad y os recomiendo asistir. Si tenemos la suerte de volver a ver otro similar nos daremos por satisfecho toda la temporada. De momento para mí es el mejor toro que he visto en años.
Lo dicho, un toro de vacas.