BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

Los toros que embestían como aviones

José Luis Benlloch
lunes 06 de diciembre de 2021
Los herederos del Conde de la Corte inician la recuperación de la que fue la mejor ganadería

En el toreo se producen milagros, el propio toreo es un milagro, el último se está cuajando justo en el sector más inesperado, en el depauperado, también descapitalizado, campo bravo. Cuando la pandemia, la administración y tiburones varios ahogan las economías camperas hasta la misma aniquilación de numerosas ganaderías, resurge una de las más emblemáticas de la cabaña brava, la de Conde de la Corte, que los últimos años había pervivido prácticamente en un estado de hibernación, ajena a las grandes ferias donde durante décadas había sido máximo referente de lo bravo.

La noticia la sacó a la luz Jorge Casals en Aplausos y la confirmaba el valiente autor de la iniciativa, Guillermo López Martínez, joven economista de 27 años, que ha tomado las riendas del hierro familiar junto a su padre, después de que su tío Luis Guillermo López Olea decidiera en 2017 apartarse de la representación de la emblemática divisa. El nuevo ganadero es nieto de Luis López Ovando que a su vez fue quien rigió la ganadería desde la muerte del fundador de la misma, don Agustín María de Mendoza Montero, VI Conde la Corte.

Los Bolsicos, donde el toro bravo se hizo moderno sin dejar de ser bravo

“Mi padre -Agustín López Olea- se encarga más de la parte administrativa y yo estoy en la finca, pero la selección la hacemos entre los dos. También están mi hermana y dos primas mías. Todos nos hemos propuesto continuar con esta tradición familiar. Esto no se debe acabar”, explicaba el joven ganadero a Jorge Casals. “Desde pequeño me he criado en el campo y me apasiona la crianza del toro bravo, es a lo que siempre me he querido dedicar como hizo mi familia a lo largo de los años”.

Su filosofía de selección es clara: “Buscamos el equilibrio entre el espectáculo en el tercio de varas que siempre nos ha caracterizado y el buen juego en la muleta. Queremos que nuestros toros tengan clase y casta para que el torero pueda triunfar y la gente se emocione”.

El objetivo inmediato es incrementar el hato de vacas de vientre que llegó a reducirse a mínimos en los últimos años aunque se conservaran ejemplares de las principales familias; y el proyecto incluye la recompra de las madres que se vendieron a Isidro Prieto en 2015. Para 2022, año que se podría considerar de la reaparición tiene preparadas una corrida de toros y dos novilladas; y para 2023 se amplía la oferta con tres o cuatro corridas de toros.

LOS BOLSICOS

La ganadería seguirá pastando donde siempre, en la legendaria finca de Los Bolsicos, considerada como sede catedralicia de lo bravo, desde que llegaron desde Vejer de la Frontera los toros de la Marquesa de Tamarón, antes Parladé, antes Ibarra, más tarde tronco del que florecieron domecqs, núñez y atanasios… los toros que galopaban con el pecho por delante, los que planeaban, aquellos toros veletos que tanto gustaban a Manolete, a Ordóñez…    

La finca Los Bolsicos tiene su peculiaridad. A diferencia de la mayoría de las fincas extremeñas en las que priman las encinas y los alcornocales, en sus setecientas hectáreas destacan los acebuches que son árbol más propio de las tierras gaditanas. “Quizá por eso se adaptaron tan bien los toros de Tamarón cuando los trajeron desde Vejer de la Frontera”, me contaban los anteriores ganaderos en mi última visita. Y no solo eso, la acebuchina, asegura el saber popular, tiene la cualidad de darle un lustre especial al pelo de las vacas que apenas les da el sol lucen como si les hubiesen puesto brillantina.

Se arrancaban a los caballos como si fuesen a despegar y planeaban en la muleta con emoción indescriptible

Está situada en Jerez de los Caballeros, tierras de dehesa y frondosos encinares, tapias de piedra, cochinos de pata negra, terneros de engorde de los que te ven pasar impasibles y oferta gastronómica de primer orden en las ventas del camino: la presa ibérica, los huevos fritos ¡con puntillas por favor!, las papas y una buena hogaza de pan para el moje, es plato secular que nunca pasa de moda a riesgo de sacrilegio cultural.

Peregrinar hasta Los Bolsicos es obligación de aficionado teniendo en cuenta que se trata de una de las fuentes principales de lo bravo. Es en sus cercados donde seguramente mejor se combinó lo bravo y lo moderno o dicho de otra manera donde lo bravo se hizo moderno sin dejar de ser bravo. Eso lo entendieron y lo creyeron a pies juntos toreros como Belmonte, Marcial Lalanda el gran amigo de la casa, Domingo Ortega, Manolete, Ordóñez, Puerta o Espartaco por ir señalando nombres principales de las diferentes épocas en las que se anunciaron toros del Conde, dicho así sin más teniendo en cuenta que durante muchos años no hubo otro Conde en lo bravo que don Agustín.

Para la leyenda popular Son los toros que hacían el avión, se arrancaban a los caballos como si fuesen a despegar y planeaban en la muleta con una emoción indescriptible. Y siendo ello cierto, los toros condesos (denominación popular) eran mucho más, tenían presencia, aquellos pitones apuntando al cielo eran por sí solos un espectáculo, tenían nobleza, galopaban con el pecho por delante ¿conocían la expresión, tan en desuso?… significa que galopaban entregados, en las viejas fotografías se aprecia claramente y eran reclamados por las principales figuras de su época, que se podría decir abiertamente que también es la actual, porque de dónde vienen si no las principales ganaderías de los últimos años. El objetivo ahora es volver a ser, recuperar las virtudes que les hicieron leyenda. No son tiempos favorables, ni los antecedentes están al alcance de cualquiera, pero en el toreo los milagros siempre fueron posibles.

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