(Foto: Joao Silva)GALERÍA FOTOGRÁFICA DE JOAO SILVA DEL FESTEJO
Lo mejor de la décima corrida del abono de Campo Pequeno fue la gran entrada que registró la monumental lisboeta. Ambiente por todo lo alto que se desvaneció por la mansedumbre demostrada por los toros de Passanha. La falta de motor y movilidad de los toros frustró el esfuerzo de los rejoneadores.
Hermoso de Mendoza anduvo serio y comprometido con el segundo en una faena que llegó con fuerza a los tendidos. Destacaron las suertes de frente a pesar de la poca transmisión de su oponente. Con el reservón y aquerenciado quinto, extrajo lo poco que tenía tras una afanosa y tesonera labor.
Antonio Ribeiro Telles, que conmemoró los treinta años de su alternativa, dejó momentos brillantes en la faena al cuarto, el toro de más prestaciones del encierro. Hubo suertes de perfecta ejecución, con elegancia y verdad. Ante el manso primero se mostró solvente y fácil.
Miguel Moura, el más joven de la dinastía, llegó dispuesto a dar un toque de atención entre los dos maestros. Buscó el triunfo en ambos y pese a que se notó por momentos su falta lógica de oficio no impidió que lograra momentos intensos en los terrenos de compromiso.
Los dos grupos amadores de forcados de Lisboa y Évora realizaron pegas con valor y emoción.
Lisboa (Portugal), jueves 5 de septiembre de 2013. Toros de Passanha, bien presentados, mansos y de pobre juego en general. ANTONIO TELLES: Saludos y vuelta; HERMOSO DE MENDOZA: Vuelta y ovación; MIGUEL MOURA: Vuelta y vuelta. Entrada: Lleno. Se guardó un minuto de silencio en memoria de siete bomberos fallecidos en los incendios forestales.
