La revolera
Madrid, sábado 12 de octubreMadrid, sábado 12 de octubre

Arcángeles de bata blanca

Paco Mora
sábado 26 de octubre de 2019

Mariano de la Viña y Gonzalo Caballero parece que están saliendo de esa encrucijada desde la que vislumbraron el país de irás y no volverás. Hay quien ha dicho que ambas cornadas, en los años cuarenta y cincuenta, hubieran sido mortales, porque no había los medios que hay hoy para hacerles frente. Puede que sea cierto, pero también los doctores Garcia Padrós y Val-Carreres habrán tenido algo que ver con que Mariano y Gonzalo hayan pasado a planta y hasta en que el albaceteño esté dando los primeros pasos de su nueva vida por los pasillos del centro médico, en el que se encuentra internado.

Mariano pertenece a una familia taurina por antonomasia. Su abuelo Valeriano fue un notable novillero y luego, durante muchos años, un peón de brega que formó en las filas de los toreros albaceteños de varias generaciones. Tuve la suerte de tenerlo como peón de confianza en mi corto recorrido como becerrista en los años cincuenta, y fue un consejero de lujo en mi corta aventura taurina. Cuando veía que se me resistía la tizona me gritaba: “Paquito, tírate sin miedo que te cojo en el rabo”. ¡Coño!… Y cuando le hacía caso, yo salía despedido por la penca del rabo y el novillo rodaba como un ovillo.

Conocí bien a su padre -el de Marianito digo-, buen torero y excelente persona, y a su tío Rafi, matador de toros de cierto éxito ahora ya retirado. Los De la Viña son gente muy querida en Albacete, por lo que el accidente de Mariano ha consternado a buena parte de los ciudadanos de la capitán manchega, que ahora, a la vista de las últimas noticias comienzan a respirar tranquilos. Y es que la gravedad de la cornada de Zaragoza fue un auténtico mazazo para aficionados y albaceteños en general.

Cada día tengo más claro que hay arcángeles de bata blanca que guardan la vida de los toreros. Ahora por ejemplo, dos de ellos, que responden a los nombres de don Máximo y don Carlos, le han ganado la batalla a la muerte una vez más. Que Dios nos los conserve y les ayude a crear escuela.

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