21 de mayo de 2010

Rubén Pinar

Helado con la cornada de Julio Aparicio
Rubén Pinar
miércoles 26 de mayo de 2010

Acabo de ver la cornada de Julio Aparicio por la tele, en las noticias, y el cuerpo se me ha quedado helado. Da miedo pensar que eso mismo puede sucederme a mí en cualquier momento…

Acabo de ver la cornada de Julio Aparicio por la tele, en las noticias, y el cuerpo se me ha quedado helado. Da miedo pensar que eso mismo puede sucederme a mí en cualquier momento. Cuando ves cogidas así es cuando verdaderamente te das cuenta de que esto no es un juego, de que te estás jugando la vida de verdad y de que esta profesión es de las más duras que hay. Da mucho que pensar cuando ves a un compañero herido, y si encima cae con el dramatismo con el que ha caído Julio reflexionas mucho más sobre la crudeza de este espectáculo. Desde aquí, desde mi Diario, quiero desearle una pronta recuperación. Se la merece…

Ahora estoy cenando con toda mi cuadrilla en la frontera. Mañana sábado toreo en Nimes, la plaza en la que tomé la alternativa y, por tanto, un sitio que me trae muy bonitos recuerdos. Mato la de Fuente Ymbro, que espero que se mueva y me permita el triunfo y así sacarme la espinita de mi actuación del otro día en Madrid.

He pasado estos últimos días triste, fastidiado. Cuando no salen las cosas como uno quiere te quedas un poco chafado, esa es la verdad. He visto el vídeo del festejo y, sinceramente, creo que la corrida del Puerto no fue tan buena como se dijo. Todo el mundo la ha visto mejor de lo que a mí me pareció, y puede que tengan razón, pero yo no comparto esa opinión. La corrida fue complicada para los toreros. Se movió mucho pero no del todo bien. Eso confundió al gran público, que pensó que los toros eran de bandera cuando les faltaron algunas cosas para hacer el toreo bueno, el toreo que hace rugir a Madrid. La corrida tuvo cosas buenas, pero no saltó ningún toro redondo. De todos modos, esa es mi visión, y puede que sea yo el que esté equivocado…

Mi apoderado, Santiago López, está muy serio. Cuando no triunfo se le complica su trabajo y es normal que me exija que responda en la plaza y ante el toro. Espero sacarle mañana una sonrisa, hacer méritos para facilitarle su labor y dar una gran tarde en Nimes. Eso sí, la espinita de lo de Las Ventas voy a sacármela en mi próxima cita en esa plaza. El día 31 hablamos…

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